Tenerlo para no utilizarlo

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Si existe algún tipo de seguro que uno contrata con la ilusión de poder utilizarlo algún día, lo cierto es que yo no lo conozco. Pero es cierto que todo el mundo cuenta con un seguro para evitar que cuando algo ocurra haya que rascarse el bolsillo.

 Los seguros de hogar, por ejemplo, se tienen casi como una obligación cuando uno ha comprado una casa, pues permiten realizar reparaciones y arreglos cuando suceden accidentes de cierta gravedad, como problemas con las tuberías o incendios. Nadie quiere que estas cosas pasen, pero cuando pasan se espera contar con el respaldo de una póliza que se encargue de dejar todo de nuevo como estaba antes de que sucediera el siniestro sin que para ello haya que vaciar la cuenta y quedarse sin los pocos ahorros que uno ha conseguido no sin esfuerzo.

 Los seguros de hogar, al igual que el resto de los seguros, se contratan con la intención de no tener que recurrir nunca a ellos. Luego uno no de ja de quejarse de que sería mejor guardar el dinero que se va gastando en las pólizas y echar mano de él cuando suceda algún desperfecto, pero todos sabemos que cuando esto ocurre nunca se tiene el dinero, y que solo es posible hacer frente a las reparaciones cuando se cuenta con una póliza de seguro que se encargue de atender las necesidades que surgen en ese momentos.