Desde hace algunos años las viviendas en las que tenemos nuestros hogares han cambiado mucho, no tanto en su construcción como en los artículos con los que dotamos la vivienda. De estos, los productos electrónicos son los que mayor implantación y presencia tienen hoy día, siendo además los que mayor crecimiento tienen en el ámbito doméstico. Esto ha producido una necesidad en el mundo de los seguros de hogar, los cuales han tenido que adaptar sus coberturas para incluir estos nuevos electrodomésticos avanzados dentro de los parámetros de protección de las viviendas.
Ya no solamente tenemos una computadora en casa. Es muy probable que además del ordenador de escritorio tengamos un portátil, una tableta y varios móviles, que nuestra televisión sea un aparato conectado a Internet y que la consola tenga su propio monitor, por lo que los seguros de hogar tienen que ajustarse a esta realidad para que cuando ocurra un incidente que produzca daños a alguno de estos artículos electrónicos el seguro los cubra. Eso sí, para que esto se produzca, el propietario de la vivienda tendrá que asegurarse de que todo lo que hay en ella está catalogado e incluido en las coberturas, y que el valor total de lo que hay dentro corresponde con la realidad, pues de otro modo el seguro solo pagaría un porcentaje del total de los daños, correspondiente al porcentaje que se calcula respecto a la cantidad que hay en la póliza y el coste real de todo lo que tiene la vivienda.